La excavación en la ciudad de algunos ejes viarios y de varias manzanas (insulae) con edificios, permite confirmar la disposición regular en cuadrícula de su trazado urbano. Este entramado ortogonal era característico de las urbes romanas y, por ello, pone de manifiesto la voluntad de realizar una planificación urbanística distintiva de la plena romanidad de Ercávica. Las calles están empedradas y en su mayor parte porticadas (con soportales) en uno o ambos lados. Entre las vías documentadas se encuentra el cardo maximus, la calle principal y central con orientación norte-sur (coincidente con el trazado del camino actual que recorre el yacimiento), así como otros cardines (ejes paralelos al principal) y decumani< (calles perpendiculares en sentido este-oeste) que integraban la retícula urbana.
El recinto amurallado circunda el perímetro irregular de la altiplanicie a una cota de entre 780 y 815 m, potenciando las defensas naturales de sus escarpadas laderas. Su trazado, que alcanza los 2,8 km, presenta grandes tramos rectilíneos construidos con un doble paramento de aparejo poligonal con bloques de gran envergadura en las hiladas inferiores del muro exterior y un núcleo de piedras mezcladas con tierra. Además, se caracteriza por la ausencia de torres, algo frecuente en las murallas de época tardorrepublicana a la que se corresponde esta, que habría sido erigida coincidiendo con la fundación de la ciudad.
En cambio, en las puertas identificadas hasta ahora sí se constata el patrón característico de vanos flanqueados por una torre a cada lado. Así, uno de los principales accesos de la ciudad, la Puerta Sur, presenta una gran torre cuadrada en su lado oriental construida con sillares. De este modo, estas puertas urbanas monumentales asumían, no solo una función defensiva, sino también simbólica, como elementos singulares representativos de la propia urbanitas.
